Y es curioso como te sientes cuando, dejando a un lado esos pequeños detalles que a veces desaparecen mi sonrisa, todo está bien, tu vida no es perfecta, pero te crees capaz de todo, de amar, y ser amado, de sacar adelante tus prollectos. Por una vez, he sentido que todo estaba bien, y en ese parque, exactamente a las 13:20 de la mañana, todo estaba bien.
Había olvidado como era ponerme mi gabardina, coger un paraguas, y salir a pasear un día de lluvioso de invierno. Te sientes segura, y muy pequeña, pero a la vez vida, y llena de amor, por la vida, por absolutamente cada persona con la que te cruzas y a la que sonríes, sientes que puedes perdonarlo todo, porque te sientes pura. Y muy hermosa. Si, por fin, me he sentido hermosa! No cabía en mi la idea de que pudiera ser un monstruo.
Es como una experiencia religiosa, solo me apetecía cantar esa oportuna canción que mi blackberry reproducía una y otra vez .
Y esa sonrisa que se negaba a irse.. sonreía cada vez que una gota de agua me caía en cara, deslizándose a veces por mis labios, o quedándose estancada en mis pestañas. Era bonito. Como reconfortante era el frío húmedo entre mis dedos. Dedos que ansiaban una mano, ¡su mano! Y ese eso bajo la lluvia que aun guarda mi boca, ese beso que aun no ha llegado.
Hasta que esos dedos se entrelacen con los míos, y puedan tirar de mí, para darme ese ansiado beso bajo la lluvia, seguiré siendo esa solitaria chica, que en días lluviosos como hoy ama salir a sentirse vida, en su pequeño paraíso.